Historia de la Orden
Los Caballeros Teutónicos
La Orden de los Caballeros Teutónicos fue una organización de monjes guerreros alemanes que a semejanza de los famosos Caballeros Templarios estaban dedicados a proteger los Santos Lugares de Palestina de los ataques Sarracenos. Desde su base en el Castillo Montfort los Caballeros Teutónicos combatieron siempre contra el enemigo Sarraceno con gran valor y disciplina siendo un ejemplo para todos los ejércitos cristianos y un orgullo para el Imperio Alemán.
La pérdida definitiva de Tierra Santa en 1291 marcó el declive de la mayoría de Órdenes Militares, al no tener ya una razón de ser ni una tierra que proteger. Sin embargo, los Caballeros Teutónicos lejos de sufrir ese declive vivirán a partir de entonces su máximo apogeo, cambiando toda la historia del Este de Europa.
Los Caballeros Teutónicos se convertirán en los impulsores de la expansión alemana hacía Prusia y los países del Mar Báltico (Estonia, Lituania y Letonia). Esta expansión militar encabezada por la Orden Teutónica dio origen al reino de Prusia y generó los conflictos fronterizos entre Alemania y Polonia, conflictos que solo se resolverían en 1945 tras finalizar la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día la Orden aún existe.
El origen de la orden:
El nacimiento de la Orden de los Caballeros Teutónicos es bastante posterior al de las órdenes de Templarios y Hospitalarios, creadas en la ciudad de Jerusalén poco después de que concluyera exitosamente la Primera Cruzada (1096-1099). Los Caballeros Teutónicos nacen casi un siglo después, al calor de los acontecimientos que dieron lugar a la Tercera Cruzada.
La Tercera Cruzada (1190-1192) se organizó en Europa para lanzar una contra ofensiva contra el sultán Saladino, el cual, tras una exitosa campaña militar, había conquistado Jerusalén y la mayoría de reinos cristianos establecidos en Tierra Santa tras la Primera Cruzada. A parte de los motivos religiosos que impulsaban a los cristianos a reconquistar Tierra Santa, había también unos importantes intereses comerciales y económicos en juego, así que no es de extrañar que en ésta Tercera Cruzada participaran los reyes de las tres naciones más poderosas de Europa: Ricardo I “Corazón de León” de Inglaterra, Felipe II de Francia y el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico I Barbarroja. Pese a que el Kaiser falleció ahogado en los primeros compases de la Cruzada parte de sus ejércitos continuaron participando en la campaña y entre estos contingentes de cruzados alemanes surgirá la Orden de Caballeros Teutónicos.
Mientras varios contingentes de cruzados alemanes participaban en el asedio de la estratégica ciudad de Acre, en 1190, un grupo de comerciantes y pequeños nobles alemanes, procedentes de Bremen y Lübeck, crearon un hospital de campaña, dedicado a la virgen María, para atender a sus compatriotas heridos o enfermos. Una vez tomada la ciudad de Acre, y gracias al ferviente apoyo del duque Federico II de Suabia, éste hospital de campaña se trasladó a su interior y los monjes que trabajaban en él pudieron así continuar con sus piadosas labores curativas.
El origen de la orden
En 1192 el papa Celestino III reconoció oficialmente a los monjes alemanes del hospital de Acre y les otorgó la regla de San Juan. Con el beneplácito del Papa y con la llegada de nuevos cruzados alemanes, los monjes aumentaron su influencia por Tierra Santa, hasta que en 1198 la Orden dejó a un lado el cuidado de los peregrinos y sus monjes decidieron empuñar la espada para defender la Fe cristiana. La Orden se convirtió en una Orden Militar que a partir de entonces seguiría la regla y el modelo de organización de los Caballeros Templarios.
El 5 de marzo del año 1198 el Papa Inocencio III reconoció oficialmente a la nueva orden militar con el nombre de “Ordo Domus Sanctae Mariae Teutonicorum Hierosolymitanorum”, ”Orden de la Casa de Santa María de los Teutones en Jerusalén” (recordemos que Teutones era el nombre que se daba a los alemanes antiguamente).
En un principio, la orden solo contaba con 40 caballeros, siendo el resto de sus miembros monjes y sargentos (siervos de infantería). De entre estos caballeros, Federico II de Suabia y el Rey de Jerusalén eligieron a Heinrich Wallpot von Passenheim como primer maestre de la Orden.
El origen de la orden:
Pese a que murió al año siguiente (1200), Wallpot fue el artífice de los estatutos de la Orden, unos estatutos similares a los de las otras Órdenes Militares, en la que los caballeros se comprometían a respetar los votos de pobreza, castidad y obediencia, ayudar a los necesitados y combatir a los infieles. La única salvedad era que mientras el resto de órdenes aceptaban en sus filas a caballeros de diferentes países, la Orden de Caballeros Teutónicos solo aceptaba en sus filas a ciudadanos alemanes. Una medida tomada para asegurar la lealtad de la Orden al Imperio Alemán (oficialmente: Sacro Imperio Romano Germánico).
Por otro lado, solo los alemanes de nobleza comprobada podían convertirse en “caballeros de la Orden”, teniendo que conformarse el resto con ingresar a las filas de los monjes o de los sargentos que se encargaban de servir a los caballeros y combatir en las batallas como soldados de infantería. Como uniforme la Orden escogió la sobrevesta blanca, sinónimo de caballería, sobre la que destacaba una cruz negra.
El segundo maestre de la Orden, Otto von Kerpen, y el tercero; Herman Bart, continuaron la labor de organizar la orden, aunque ambos obtuvieron un éxito limitado, ya que desde sus inicios, la Orden de Caballeros Teutónicos se vio relegada a tener una importancia secundaria en Tierra Santa: no podía rivalizar en dinero o influencia con las poderosas ordenes de los Templarios y los Hospitalarios y carecía de una verdadera autonomía política, ya que seguía fielmente los dictados políticos del Sacro Imperio Romano Germánico, aunque eso supusiera enfrentarse con el Papa.
Por otro lado, la carencia de fondos monetarios impedía a la Orden obtener bases militares adecuadas, teniendo que conformarse con sus cuarteles principales en Acre y un puñado de castillos secundarios repartidos entre Jerusalén y Trípoli. Sin castillos no podía tener ni tierras y sin tierras no podía mantener vasallos suficientes para poder crecer en importancia. Sin embargo, todo cambiará con la llegada de Hermann Von Salza, el cuarto maestre al mando de la Orden (puesto que ocupó desde 1209 a 1239). Hermann Von Salza convirtió a una Orden militar de importancia secundaria, como eran los Caballeros Teutónicos, en una de las grandes potencias políticas, económicas y militares de Europa.